El futuro pertenece a los que se reinventan
- Juan Francisco Gomez
- 27 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 20 nov
Este mes de octubre de 2025, la economía mundial ha vuelto a poner el foco sobre la innovación: el Premio Nobel de Economía fue otorgado a Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt por haber explicado el crecimiento económico impulsado por la innovación. La mitad del galardón recayó en Mokyr, gracias a su aporte histórico en los prerrequisitos del progreso tecnológico, y la otra mitad se dividió entre Aghion y Howitt por su desarrollo formal de la teoría basada en la destrucción creativa.
El poder de la destrucción creativa

En su libro El poder de la destrucción creativa (The Power of Creative Destruction, 2021), Philippe Aghion, Céline Antonin y Simon Bunel retoman una de las ideas más poderosas de la economía moderna: el progreso no surge de la estabilidad, sino del dinamismo que genera la innovación.
Los autores sostienen que el crecimiento no es un proceso lineal ni equilibrado, sino una sucesión de rupturas que, al destruir viejas estructuras, abren el espacio para que emerjan otras nuevas.
“El progreso técnico es un proceso de destrucción creativa. Las innovaciones hacen que las viejas tecnologías, las viejas habilidades y las viejas organizaciones queden obsoletas” (Aghion, Antonin & Bunel, 2021, p. 15).
Esta afirmación resume la tensión fundamental entre la seguridad del statu quo y la incertidumbre del cambio. La innovación, explican los autores, es una fuerza disruptiva que redistribuye recursos, poder y conocimiento. Sin embargo, lejos de ser un riesgo que deba contenerse, constituye el principal motor del crecimiento sostenible y de la resiliencia de las sociedades modernas.
Innovar sin perder el alma
Uno de los aportes más relevantes del libro es que la innovación no puede pensarse solo en términos de eficiencia o disrupción tecnológica. Los autores subrayan que el progreso debe ser inclusivo y sostenible. De lo contrario, el crecimiento se convierte en fuente de desigualdad y desconfianza social.
“La destrucción creativa no es un proceso caótico que deba temerse; es una fuerza que, bien orientada, puede reconciliar crecimiento, justicia social y sostenibilidad ambiental” (Aghion et al., 2021, p. 217).
En el plano empresarial, esto supone equilibrar exploración y explotación: promover ideas nuevas sin perder la coherencia con el propósito. Las organizaciones que prosperan no son las que evitan el cambio, sino las que logran integrar la innovación en su identidad.
Innovar no significa solo crear productos nuevos: significa cuestionar las certezas, diseñar sistemas que aprendan y permitir que las ideas que ya cumplieron su ciclo dejen paso a otras. Como afirman Aghion, Antonin y Bunel, el crecimiento no se trata de “evitar la destrucción”, sino de transformarla en oportunidad.
“La destrucción creativa es la respiración de las economías vivas: exhalar lo viejo, inhalar lo nuevo” (Aghion et al., 2021, p. 289).
Autor: Juan Francisco Gomez | Director en Narratibe
Aghion, P., Antonin, C., & Bunel, S. (2021). El poder de la destrucción creativa: ¿Qué impulsa el crecimiento económico? (V. J. Elías, Trad.) Deusto.